15.7.13

Desmontando la envidia

(Texto y fotografías de Laura Muñoz)
DESMONTANDO LA ENVIDIA
El silencio del envidioso está lleno de ruidos.
(Khalil Gibran)



Vicio SN.
Pecado.
Perdición. 
Solo será capital si es capaz de dar origen a otros. Su magnitud no importa... 
¿Eres tú, Avaricia?


Se adelantó, el viernes y aquí, el fallo de los ganadores de los premios semaneros. Eso sí que fue vicio. Del duro. Bueno. Todos los pecados reunidos y alineados. Intensos.
Va un resumen y el segundo (o quinto) brindis por los ganadores:

PREMIO RODOLFO WALSH
"NARCOMEX. HISTORIA E HISTORIAS DE UNA GUERRA", del autor RICARDO RAVELO

PREMIO CELSIUS
“CENITAL”, de EMILIO BUESO.

PREMIO DASHIEL HAMMETT
“CÁMARA GESELL”, de GUILLERMO SACCOMANNO

PREMIO MEMORIAL SILVERIO CAÑADA
"LA SOLEDAD DEL MAL", de HORACIO CONVERTINI.

PREMIO ESPARTACO
JAVIER GARCÍA SÁNCHEZ por su novela"ROBESPIERRE".


PREMIO XXVI CONCURSO INTERNACIONAL DE RELATOS POLICIACOS
"TODOS MUERTOS", de Lola Sanabria García

PREMIO SN-BAN
ALFONSO MATEO-SAGASTA.

Tras el recordatorio, las imágenes. 

Presentación antologías "Lava negra", "La ciudad vestida de negro" y Charco negro"
(presentan Marcelo Luján, Carlos Salem y Alejandro Gallo)

Carlos Salem tras "Charco negro"

Rafa Marín y su "Lona de tinieblas". Presenta Fernando Marías.

Jam de poesía por Carlos Salem

Así estaba la Carpa Encuentro. Salem y sus fans... ¡Qué grande!

Encuentro con Enrique Breccia. Conducen Guillermo Saccomanno y Norman Fernández
Enrique Breccia
Alfonso Mateo-Sagasta presenta "Últimas pasiones del caballero Almafiera" de Juan Eslava Galán
Juan Eslava Galán
Félix de la Concha entrevista y pinta a PIT II
"Calle de los olvidados" de Stefanie Kremser. Presenta Javier Calvo
Javier García Sánchez y su "Robespierre". Presenta PIT II
Encuentro con Emilio Bueso. Conduce Jesús Palacios
Emilio Bueso y su "Cenital"
Lorena Nosti, jefa de prensa de Semana Negra y Guillermo Saccomanno
Conexión BA: Marcelo Luján, Juan González y Guillermo Saccomanno
Ignacio del Valle presenta "La marca del meridiano" de Lorenzo Silva
Lorenzo Silva
Marta Menéndez (y vino)
Félix de la Concha entrevista y pinta a Skármeta
Lorena Nosti y Melania Dueñas en los ojos de Rodolfo Santullo
Parte del escenario semanero
Imprescindibles Yampi, Cristina Macía y Laura
Clausura de la XXVI Semana Negra (SNIF o algo así...)

Visto lo visto, solo queda que pasen 365 días y repetir. Volver. Siempre. Porque sigue. Porque somos. Resistencia. 

Por ahora, un hasta luego con las últimas confesiones de l@s autor@s negr@s de esta edición:

¡Desmontemos a l@s envidios@s!
¿Qué libro te gustaría haber firmado?


Fernando Marías: "Las uvas de la irta" de John Steinbeck.

Marcelo Luján: El torturador arrepentido, de Carlos Salem.

Juan Carlos Chirinos: Muchos. La mujer de espaldas (J. Balza). Misery (S. King). Del tiempo y del río (T. Wolfe). Algunas palabras (E. Montejo). La Antología de Spoon River (E. Lee Masters). Los tres impostores (A. Machen). En las montañas de la locura (H. P. Lovecraft). Doña Bárbara (R. Gallegos). El bosque de la noche (D. Barnes). La tarea del testigo (R. Guerra). Y, por encima de todos ellos, Drácula (B. Stoker) y El conde de Montecristo (A. Dumas).

Alfonso Mateo Sagasta: El siglo de las luces. Creo que marcó mi juventud, por eso no lo he vuelto a leer.

Horacio Convertini: “El origen de la tristeza”, de Pablo Ramos.

Ernesto Mallo: Un biblioteca entera: Todas las de Shakespeare; El evangelio según Jesucristo (Saramago); Historia Universal de la Infamia (Borges); Esperando a Godot (Beckett); A Sangre Fría (Capote), ¿sigo?...

Rodolfo Santullo: En historieta, es fácil: "Sandman" de Neil Gaiman. Cuando la terminé de leer me di cuenta que yo jamás podría escribir eso y me dio mucha tristeza saberlo tan lejos. En narrativa...cualquiera de las novelas de Jim Thompson.

Lorenzo Silva: Imán, de Ramon J. Sender. O El largo adiós, ya sabes de quién.

Juan Miguel Aguilera: “Clara y la penumbra”, de José Carlos Somoza. Me parece que lo que está haciendo Somoza en el género de ciencia ficción (aunque a él no le guste etiquetarlo así) es toda una revolución. Algo que le hubiera ido muy bien a la ciencia ficción anglosajona, que ahora mismo está un poco estancada. Pero Somoza, con sus últimas novelas, ha abierto un nuevo y apasionante camino para el género.

Alberto González Ortiz: La lluvia amarilla. No necesitaría escribir más. No podría hacerlo mejor.

Víctor del Árbol: Alguien dijo que hay que aspirar a lo más alto para quedarte siempre un poco más abajo, y aún así llegar muy alto. Mi punto de referencia, la novela que un día me gustaría firmar es "Las Uvas de la Ira" de J. Steinbeck

Carolina Solé: Difícil... Tal vez, El perfume.

Edwin Umaña Peña: Hay dos:
El cuarteto "Red Riding" del escritor David Peace, compuesto por las novelas "1974", "1977", "1980" y "1983". De lo mejor de la novela negra más extrema, despiadada, ácida y contundente. Suprema.
Mi paradigma de la gran novela negra de hoy.
"El fin de Alice" de A.M. Homes. Una novela brillante. Esta escritora es fascinante. Esta obra es la versión perversa de Nabokov y su Lolita, desde una mirada femenina plena de detalles e inteligencia, desgarradora y sensible. 

Félix Ángel Moreno: Estudio en escarlata de Conan Doyle porque aparece por primera vez Sherlock Holmes. Firmaría ahora mismo haber creado ese personaje literario.

Luis Artigue: Rayuela de Julio Cortázar: ¡cómo escribe ese cabrón!

José Javier Abasolo: Para no volver otra vez a los tópicos y citar las grandes obras clásicas del género negro, citaré una que no tiene nada que ver con él. "A los cuatro vientos", de Dave Boling, una novela de un autor norteamericano que recrea los días previos y posteriores al bombardeo de Gernika, pero que parece escrita por alguien nacido y criado en un caserío de la zona, por su capacidad para recrear situaciones e indagar en el interior de los personajes.

Sergio Mira Jordán: La trilogía de Nueva York, de Paul Auster, o cualquier otro de este autor. Una genialidad.

Emilio Bueso: Muchos, pero sólo hay uno especialmente maltratado en España: "Leyes de mercado", de Richard Morgan.

Laura Estévez: "Malena es un nombre de tango". He de reconocer que quizás si lo hubiera leído ahora, no me habría llenado tanto. Pero lo leí en el momento justo y se convirtió en mi novela favorita, de donde aún no ha sido desbancado. Me gusta la novela realista, histórica y con personajes de personalidad muy marcada. Quizás sin tener nada que ver nuestras historias, me sentí muy cerca en aquellos momentos de la energía de Malena. Además, la mayoría de las películas matan los libros; y si bien en este caso creo que la cinta no le llega a la novela ni a la suela de los zapatos, Ariadna Gil sí que bordó el personaje de Malena, hasta el punto de que, al releerla, ponerle su imagen reforzó el libro.

Eloy M. Cebrián: Uf, muchísimos. Pero voy a ponerme nostálgico y a citar un libro que me cautivó y aterrorizó a partes iguales cuando era un crío: "El exorcista", de "William Peter Blatty". Aunque, ahora que lo pienso, tampoco me habría importado firmar "El poder del perro", de Don Winslow.

Rafael Marín: Bomarzo, de Múgija Laínez.

Carlos Quílez: Lo siento, por mas que me lo propongo, soy incapaz de envidiar. No me sale. No se ser envidioso. Pero me encanta Protesis de Andreu Martín, La reuina del sur, de Pérez Reverte, La borra del café de Benedetti.

Ignacio del Valle: Homer y Langley, de E. L. Doctorow.

Dolores Redondo Meira: Sin duda me habría gustado escribir como Norman Mailer. Los tipos duros no bailan es una obra maestra, aunque por un poquito del talento de Muñoz Molina para la novela negra habría dado algo importante. Creo que este es el pecado que nos faltaba, envidia de talento.

Jon Arretxe: "El corazón de las tinieblas" de Conrad

Javier Negrete: De nuevo, “El señor de los anillos”. No ya sólo por su éxito, sino porque Tolkien lo vivía de tal manera que da la impresión de que habitaba de verdad en la Tierra Media. Además, para un tipo de ciudad como yo que no distingue una secuoya de un geranio, ¡hay que ver lo que sabía de plantas ese hombre!

Susana Hernández: Hay tantos. “Ana Karenina”, por ejemplo. Daría un par de de dedos por haber escrito muchas novelas de distintos autores. Lo malo es que no me quedarían dedos para escribir.

Andreu Martín: Cualquiera de Patricia Highsmith.

Pedro Tejada Tello: Sin duda, El extranjero de Albert Camus.

Sabine Hofman: Recientemente: L’armée furieuse de Fred Vargas. 

Rosa Ribas: Cualquiera de John Irving. Creo que incluso las más flojitas. Pero sobre todo El mundo según Garp.

Noemí Sabugal: Muchos, muchos, muchos. La Regenta, La conjura de los necios, Cumbres borrascosas, Lolita, Fortunata y Jacinta, El hombre ilustrado... incontables. Y siguen creciendo, para mi desgracia.

Alexis Ravelo: Supongo que La carretera, entre otros muchos. 

Ana Merino: Algún personaje maravilloso de los de la Escuela Burguera, yo soy una dibujante de cómic frustrada..y me hubiese gustado tener algún personaje de página semanal autoconclusiva como "Las hermanas Gilda", "Petra: criada para todo". Y claro puesta a pedir ...me encantaría tener el pulso de Hergé a la hora de dibujar...pero con mis propios personajes femeninos...porque a Hergé  le sobra talento para el dibujo pero le falta variedad femenina...

Susana Vallejo: El mapa del tiempo de Felix J. Palma.  Diástole de Emilio Bueso. Y decenas más! Me hubiese gustado escribir muchísimos libros, pero no es envidia, es admiración! 

Gonzalo Garrido: Demasiados. De los actuales, El mapa y el territorio, de  Michel Houellebecq.

Miguel Barrero: La Biblia, para sentirme como Dios.

Silvio GalizziObviamente Dracula de Stoker.

Guillermo Saccomanno: Unos cuantos... Cualquiera de los cuentos de Chéjov.



13.7.13

Ana González, la consejera en la Semana Negra


(Texto: Carmen Moreno)
Me encontré con Ana González en la presentación de Semana Negra el 5 de julio. Unos días después quedamos en las instalaciones de Semana para charlar tranquilamente, sentadas a los pies de un noray.





-Son veintiséis años ya de Semana Negra.
En realidad son veinticinco años y veintiséis ediciones. La primera edición fue en 1988. 

-¿Qué tiene Gijón y Semana Negra para que se hayan casado para siempre?
Creo que hay mucho parecido entre Gijón y Semana Negra y que era lógico que se llevaran tan bien. Gijón desde siempre, pero, sobre todo, desde la etapa democrática se caracteriza por ser una ciudad abierta, que ha hecho gala de una política cultural para todo el mundo. Ha entendido que la cultura no es para las elites, sino que todo el mundo tiene derecho a la cultura; y ha entendido que la cultura no tiene un único modelo, un único formato, sino que se debe hacer una oferta muy amplia. Semana Negra es una gran manifestación cultural pensada para el público más diverso posible, para que todo el mundo encuentre algo en la Semana Negra. Creo que es la clave de su éxito. Y no hay que olvidar la calidad. El cartel de la gente que se trae de novela negra, o de ciencia ficción; el esfuerzo que se está haciendo en esta edición de que haya gente de otras manifestaciones artísticas, los conciertos… Todo hace que haya oferta para gente muy diversa.

-Y con las manifestaciones artísticas también las reivindicaciones sociales, ¿no?
Gijón es una ciudad en la que siempre ha estado unida la cultura y la reivindicación social, la reivindicación laboral. La ciudad que conocemos de Gijón se ha creado desde la participación ciudadana, entendida muy ampliamente, demandando cultura, construyendo cultura, demandando derechos laborales, demandando derechos civiles. Lo que ha sabido hacer muy bien Semana Negra y se demuestra en esta edición es una característica única es recoger que Gijón es una ciudad viva donde la gente tiene preocupaciones.

-Esa integración le ha costado que le hayan acusado de ser el primer festival casi político-literario.
Entonces entramos en la concepción de lo que es literatura y es la eterna discusión de si la literatura sólo es estética y divertimento, o si la literatura es reflexión sobre el mundo, por lo tanto análisis, reivindicación y posicionamiento. Creo que la literatura es algo más que estética, es un elemento para la reflexión. Y cuando nos ofrecen una historia transciende al propio libro y hace que quienes a leamos, podamos pensar sobre las cosas que tienen que ver con nuestra vida, nuestro contexto, pero, a veces, nos lleva a reflexionar sobre otras vidas y otros contextos.

-Desde Semana Negra me decían que eres una de las políticas que más se ha comprometido con el festival tanto de palabras como de actos.
Creo que me aprecian, pero no es verdad. Semana Negra nace por casualidad, recuerdo que lo contaban el año pasado Taibo  y Areges el año pasado: Paco Ignacio Taibo llega a Gijón, estaba encargado de organizar un congreso en Barcelona de novela policíaca en 1988, se lo cuenta a Silverio Cañada y a Juan Cueto, que deciden que aquello había que contárselo al alcalde y este dice que eso que le proponen es ideal para Gijón. Es decir, hay una apuesta política desde el principio. Es una apuesta que tiene que ver con un esfuerzo cultural que ha hecho la ciudad durante veinticinco años. Así que, no, no soy la política que más se ha implicado con Semana Negra. Me gustaría mucho ponerme esa medalla, pero no sería ni justa, ni cierta.

-Ya dentro del Ministerio de Igualdad, que es donde yo te conocí, tú tenías una política muy cultural dentro de las restricciones que podía tener aquel ministerio que no era cultura.
Bueno, yo soy la Consejera de Educación, Cultura y Deporte, pero no me gustaría que la gente pensara que soy la persona más culta del mundo. Obviamente, soy una persona que tiene una formación universitaria, soy profesora de instituto e, indistintamente del nivel cultural, lo que tengo claro es que la cultura es muy importante para las personas. Desde que estoy en la Consejería intento explicar una cosa: la educación debe llevarnos a la cultura y la cultura ha de llevarnos al aprendizaje. La cultura es lo que nos hace capaces y competentes para analizar el mundo para mejorar nuestra posición vital, social, personal y colectiva, incluso laboral. La cultura es un sedimento que necesitamos las personas para ejercer nuestro derecho de ciudadanía. La adquisición de la cultura debería comenzar en el sistema educativo y deberíamos poder generar en el sistema educativo el hambre por la cultura.

-De  ciento veintiún autores, aproximadamente veinte son autoras. Me decía Mauricio Schwartz que no es que la Semana Negra discrimine, sino que Semana Negra es un reflejo de lo que está pasando editorialmente. 
Cuando hablamos de la presencia de las mujeres siempre se dice lo mismo: es que no hay mujeres en los órganos de decisión, o que quieran estar en los órganos de decisión, no hay mujeres en la literatura, no hay mujeres en la pintura… Siempre es la misma cantinela. Es verdad que las mujeres tenemos mayores dificultades para llegar a posiciones de visibilidad en cualquier campo. En el mundo editorial pasa lo mismo y esa visibilidad, realmente, es el objetivo: llegar a la gente, que te lean, que compren tus libros, que te conozcan. Es verdad que las editoriales publican menos a las mujeres que a los hombres, pero no se puede identificar eso con que las mujeres no escriben y no tienen que contar historias. De hecho, la literatura, que empieza siendo oralidad, y que está ligada a la transmisión oral está muy ligada al ámbito femenino. Las narraciones eran las encargadas de los valores, de las costumbres, de las enseñanzas, de los aprendizajes. Siempre hemos contado historias y seguimos contando historias. Es verdad que tenemos dificultades para acceder al campo de la publicación, por eso yo creo que Semana Negra tiene esa descompensación entre autores masculinos y femeninos. Pero, también pienso que, cuando se creen estas cosas, hay que hacer un esfuerzo de búsqueda porque haber, las hay.

-Políticamente ya sé que la apoyas, pero a nivel personal, ¿eres lectora de novela negra?
Sí, soy lectora de novela negra. Obviamente, no conozco a todos los escritores, a todas las escritoras que están en esta edición, pero sí soy lectora de novela negra. Para mí tiene un efecto… (se ríe) no sé si confesarlo… Cuando estoy enfadada con el mundo leo novela negra y descargo mi energía con la maldad que puedo encontrar en la novela de este tipo. Tiene un valor catártico para mí. Desde niña soy lectora de novela negra. Leyendo a Agatha Christie, a Conan Doyle… Y hasta te diría de más niña cuando leía aquellas aventuras de Los Cinco.

-La literatura no nos va a sacar de esta crisis, pero ¿los  libros pueden ayudarnos a salir de ella?
Creo que lo explicaba muy bien Brecht, cuando decía que en tiempos oscuros el acto de escribir cobraba especial relevancia porque en esos tiempos difíciles cuando más había que reflexionar para conocer la situación, para vencerla. Creo que las sociedades cultas están más preparadas para salir de esta crisis y no entrar en otra. La literatura forma parte de la cultura y nos permite analizar el momento que vivimos, el pasado y construir un futuro distinto.

-Tú eres una de esas “personas antiguas” que crees que la cultura, la literatura debe estar al servicio de todos y al acceso de todos no eres de las tendencias “modernas” de Wert.
Yo creo que el antiguo es Wert y yo soy moderna. La cultura, casi siempre, ha sido elitista, para unas pocas personas y amarrando bien las que consideraban sus fronteras para que otras personas tuvieran acceso a ella, limitándolo y protegiendo, como lo entendían ellos ese coto privado de la educación , la cultura, la participación, los derechos del ciudadano. Las administraciones debemos, no sólo reconocer esos derechos, sino garantizar su ejercicio. Por eso tengo tan claro que Wert es el antiguo y yo la moderna.

-¿Por qué siempre cuando hay un momento de crisis lo primero en caer es en cultura?
Es cierto que es lo primero y donde resulta más fácil, usando la metáfora actual, “meter la tijera”, aunque no sin dolor. Yo creo que hay una razón fundamental y lo digo desde la perspectiva de donde estoy trabajando ahora. La educación en Asturias es principalmente una educación pública que sale, claro está, del presupuesto público y es un servicio básico gestionado desde un servicio público. Por tanto, la posibilidad de bajar ese presupuesto es muy limitada. En cambio, la cultura, teniendo que tener un apoyo clarísimo institucional está abierta a la iniciativa privada. Lo que creemos que debe estar articulado como servicio público y asegurar el bienestar social, entendiendo este como algo muy ligado a los distintos tipos de dependencia, o falta de autonomía de las personas, lo articulamos a través del servicio público y, aquello que, siendo necesario que haya políticas en ese sector, como puede ser el de la cultura, no se articula a través de servicio público. Pero es que, además, creo que la cultura no debe ser articulada como servicio público. Debe haber políticas culturales de promoción de la cultura, de apoyo, pero creo que no puede estar articulado como servicio público, incluso por respetar la propia libertad del creador, los movimientos, tendencias y las cosas que nos quieren decir, que no siempre son agradables de oír (y no tienen porqué serlo) para los que estamos ostentando cargos en un momento dado. Es decir, la diferencia está entre los que es un servicio público básico y lo que no está articulado como tal.

-Los intelectuales siempre se quejan de no tener apoyos de los políticos, ¿es justa la queja en sentido contrario?
No. Creo que no debemos quejarnos. Creo que, efectivamente, la gente del arte sí debe pedirnos políticas culturales, pero no podemos hacer política pensando que los sectores, los colectivos a quienes van dirigidos nos aplaudan. Lo que debemos aclarar es qué cosas hay que articular desde los gobiernos o las administraciones, pero no hay que esperar el aplauso, ni que te feliciten por ello porque es nuestro trabajo. Lo que hay que tener claro es si pensamos que la cultura es un bien individual y colectivo; si pensamos que es bueno que la gente sea culta, tenga conocimientos, desarrolle su sensibilidad, sean, algunas personas, porque yo sí creo que la creación es elitista, tengan esa capacidad y puedan desarrollarla y el resto de la población seamos receptores de esas creaciones, indistintamente del formato que se utilice. No. No creo que debamos esperar que la intelectualidad nos apoye, ni debamos quejarnos amargamente por ello. Eso tampoco significa que debamos estar alejados de esas personas. Creo que hay que escucharlos, como hay que escuchar al alumnado, a las familias o a los ciudadanos.

-Para acabar, recomiéndame un autor de género negro.
Yo estoy leyendo de Petros Markaris, El accionista mayoritario. No había leído nada de este autor. Lo he leído porque venía a Semana Negra y, la verdad, es que me está gustando y, además, confirma una teoría que hace tiempo que se viene sosteniendo y es que la novela policíaca, en este momento, es una novela político-social.


12.7.13

Desmontando la gula


DESMONTANDO LA GULA
"¿Hay más miserable cautiverio que sujetarse un hombre a la vil panza, y dejar que la gula tenga imperio?" 
(Lupercio Leonardo De Argensola)


Vicio SN.
Pecado.
Perdición. 
Solo será capital si es capaz de dar origen a otros. Su magnitud no importa... 
¿Eres tú, Gula?


No se si es por gula acumulada. Quizás contenida. A saber.
La realidad es que esta entrada viene desvariada y movida respecto al resto. Su contenido va a ser toda una declaración de "no pude más por exigencias del guión". Y también una pelea por incluir la felicidad como uno de los más grandes pecados de la humanidad. Por robar ese sentimiento a los demás en el momento justo en que lo sienten. Eso (me) ocurrió.
Por esto:





ACTAS DE LOS PREMIOS LITERARIOS DE LA XXVI SEMANA NEGRA DE GIJÓN

PREMIO RODOLFO WALSH
En Gijón, a 7 de julio de 2013, se reúne el jurado del premio internacional Rodolfo Walsh, que se concede a obras de no ficción del género negro, y acuerda por unanimidad otorgar el galardón a la obra "NARCOMEX. HISTORIA E HISTORIAS DE UNA GUERRA", del autor RICARDO RAVELO, publicado por la editorial Debate; un retrato vivo y revelador que explica el avance de las redes del narcotráfico en México., así como el poder político, económico y social que ejercen en dicho país. Y para constancia firman la presente José Manuel Estébanez Izquierdo, Fritz Glockner y Paco Camarasa.

PREMIO CELSIUS
En Gijón, a 12 de julio de 2013, reunido el jurado del premio Celsius, formado por Julián Díez, Jesús Palacios y Fernando Marías, deciden por unanimidad otorga el premio a “CENITAL”, de EMILIO BUESO.

PREMIO DASHIEL HAMMETT
En Gijón, a 12 de julio de 2013, reunido el jurado del premio Hammett compuesto por Carlos Salem, Gregorio Casamayor, Miguel Barrero y Ignacio del Valle, decide por unanimidad conceder el galardón a la novela “CÁMARA GESELL”, de GUILLERMO SACCOMANNO, por entender que constituye un magno empeño narrativo y un fresco minucioso de la descomposición de la sociedad. El jurado destaca la alta calidad de las cinco obras finalistas.

PREMIO MEMORIAL SILVERIO CAÑADA
En Gijón, siendo las 19 horas del día 11 de julio de 2013, se reúne el jurado del premio Silverio Cañada, compuesto por Mariano Sánchez Soler, Marcelo Luján y Alejandro M. Gallo, y decide por unanimidad otorgar el premio a la obra "LA SOLEDAD DEL MAL", del escritor HORACIO CONVERTINI.

PREMIO ESPARTACO
En Gijón, a 11 de julio de 2013, reunido el jurado constituido por Pilar Sánchez Vicente, David López, Rafael González Ruiz y Alfonso Mateo-Sagasta, después de una larga y ardua deliberación, deciden otorgar por mayoría el premio Espartaco de novela histórica Semana Negra a JAVIER GARCÍA SÁNCHEZ por su novela "ROBESPIERRE".

PREMIO XXVI CONCURSO INTERNCIONAL DE RELATOS POLICIACOS
Reunidos el 6 de julio en el Hotel Don Manuel Guillermo Saccomanno, Elia Barceló y Ana Merino, tras una larga discusión, acordaron que "TODOS MUERTOS", de Lola Sanabria García, era el cuento ganador, siendo el primer finalista "Mujeres", de Elmer Córdoba, y el segundo finalista "Homicidio", de Rubén Gonzalo.


PREMIO SN-BAN
Además de los premios habituales, este año la Semana Negra estrena premio. Se trata del SN-BAN!

Entre los autores españoles que han participado en la XXVI Semana Negra, el escritor premiado recibirá una invitación para el festival Buenos Aires Negro (BAN) del año que viene -2014-, que se celebra en la capital argentina durante el mes de agosto.
Del mismo modo, un autor argentino participante en la edición de este año del BAN será invitado a la próxima Semana Negra de Gijón.

El autor ganador del primer premio SN-BAN! ha sido ALFONSO MATEO-SAGASTA.


Antes, ayer, pasaron cosas.

Susana Vallejo presenta "Calle Berlín"

Fernando Marías presenta a Susana Vallejo

Carlos Salem y el doblete "El huevo izquierdo del talento" y "El hijo del tigre blanco"

Sergio Vera presenta a Carlos Salem

Ahora sí, los descuartizados:

¡Desmontemos a l@s voraces!

¿Qué libro te has merendado de forma repetitiva y por qué?

Fernando Marías: "El Aleph" de Borges. Porque cambia en cada lectura (lo compruebo cada cinco años).

Marcelo Luján: Todos los fuegos el fuego.

Juan Carlos Chirinos: La Regla, de Benito de Nursia, porque es de los primeros manuales para dominar el mundo que se han escrito en Occidente, porque contradictoriamente prohíbe la risa, pero no prohíbe comer hasta hartarse, si al abad le parece bien.

Alfonso Mateo Sagasta: El Quijote, también, por el motivo que he dicho antes. Y además El coronel no tiene quien le escriba, o  Pedro Páramo, por citar alguno diferente, ...

Horacio Convertini: Espartaco, de Arthur Koestler. ¿Por qué? No sé. Acaso porque me puede la derrota épica.

Ernesto Mallo: Las piezas de Shakespeare, sobre todo la escocesa que no se nombra porque trae "MACla" suerte.

Rodolfo Santullo: Varios, a los que vuelvo cada tanto. Me pasa con los policiales clásicos (Hammett, Chandler, MacDonald) que los releo cada tanto. Y me pasa también con autores como Robert Parker, que aunque no es tan bueno escribe muy divertido y me lo paso muy bien releyendolo. 

Lorenzo Silva: Rojo y Negro, de Stendhal. Creo que me enamoré de Mme Rênal. Tenía quince años (yo, no ella).

Juan Miguel Aguilera: “La isla misteriosa”, de Jules Verne. De niño me leí todo Verne, sobre todo los de la edición de Molino que tenían unas ilustraciones a plumilla preciosas. A mi familia le pasaba una lista con los libros que me faltaban de la colección, para que me regalasen novelas de Verne en los cumpleaños, los santos, etc. Yo los devoraba una y otra vez, con esa obsesión que tienes de niño por releer, pero “La isla misteriosa” era mi favorito.

Alberto González Ortiz: La lluvia amarilla, de J. Llamazares, porque es mi ideal de novela y disfrutas de cada palabra escrita en ella. Y La Carretera, por algo completamente opuesto: ¡estaba fuera de casa y no tenía otra cosa que leer! (y lo que disfruté con esa segunda lectura...). Sobre este tema tengo sensaciones encontradas; a veces digo: ¡este año solo hago relecturas de mis obras favoritas!, otras veces siento que es una pérdida de tiempo al comprobar lo que aún me queda por degustar.

Víctor del Árbol: La novela que he leído más veces es "La Conjura de los Necios" de JK Toole. Ignatius es un personaje que siempre me sorprende. También me atrae la historia del escritor, el modo en que acabó.

Carolina Solé: No me gusta releer, pero creo que no me cansaría de La edad de hierro, de Coetze. Es de esos en los que siempre encuentras cosas nuevas, de los que te hacen pensar.

Edwin Umaña Peña: "Cien años de soledad" por ser una fiesta de la imaginación y el lenguaje.
"El libro del buen amor" por su ironía.
"El Quijote" por el sentido del humor y sus personajes.
"El nombre de la rosa" por la historia que cuenta y su dialéctica.
"A grande arte" y "Bufo y Spallanzani" de Rubem Fonseca por su trama, de lo mejor del género negro latinoamericano.
La novela "El fin de Alice" de la escritora y guionista A.M. Homes, un bacanal de inteligencia, humor y buena escritura. 

Félix Ángel Moreno: Pantaleón y las visitadoras de Mario Vargas Llosa. Cuantas más veces la leo, más divertida y mejor novela me parece.

Luis Artigue: El bosque de la noche, de Djuna Barnes, novela lírica y lésbica que leí obsesivamente para matar de celos a la novia de mi novia. No funcionó: acabé desenamorándome de las dos y enamorándome de esa novela. Y sigo.

José Javier Abasolo: En general, los clásicos del género negro (Chandler, Thompson, Hammett) y los de algunos españoles como Andreu Martín, Juan Madrid o Vázquez Montalbán. Y por supuesto, periódicamente, vuelvo a releer a Sherlock Holmes.

Sergio Mira Jordán: El tercer policía, de Flann O'Brien. Lo he leído decenas de veces y en cada lectura encuentro nuevos recovecos, nuevos guiños, nuevas posibilidades.

Emilio Bueso: Casi nunca releo nada. Con Ende, Bukowski, Bécquer, McCarthy y Vann reconozco haber hecho alguna excepción.
Luego están los libros de Stephen Reeder Donaldson. No sé qué coños les ponen, pero cada dos o tres veranos los abro y...

Laura Estévez: Hay varios, pero me voy a remontar a la niñez, a un título que me acompañó durante años. Se llama "La cueva del Toloño", de Pablo Zapata Lerga. Lo leí por primera vez con 9 ó 10 años, y te atrapa la aventura. Sin embargo, te das cuenta de que tiene mucho más fondo, y cada vez que lo leía de nuevo, según crecía, lo entendía mucho mejor, tantos temas trataba para tan temprana edad: la Inquisición, los judíos, el alquimismo, la cultura mesopotámica, el nacionalismo vasco... Aún lo he leído un par de veces de adulta y ha vuelto a sorprenderme.

Eloy M. Cebrián: He leído muchas veces "Cien años de soledad", en diferentes edades. Es lo que tienen los clásicos. En cada lectura son libros distintos porque tú como lector también eres distinto.

Rafael Marín: De jovencito releía mucho. La tia Julia y el escribidor, Las ninfas. De mayor, ya no tengo tiempo.

Carlos Quílez: A sangre fria, porque de mayor quisera escribir algo así de bueno.

Ignacio del Valle: El Gran Gatsby, porque el personaje es tan entrañable como trágico. En todo caso desmesurado: quiere derrotar al tiempo.

Dolores Redondo Meira: Misterio, de Peter Straub, por el maravilloso modo de describir el cielo del caribe, siempre logra llevarme de nuevo a esa isla, y porque creo que "la sombra" es un detective fascinante.

Jon Arretxe: Ninguno, porque por muy bien escritos que estén, para la segunda vez ya sabría lo que iba a suceder.

Javier Negrete: “El lazo de púrpura”, una novela histórica de Alejandro Núñez Alonso ambientada en la antigua Roma. La leí por primera vez con diez años, y la última vez hará poco más de un año. Una gran novela y, sobre todo, un protagonista fascinante, Benasur de Judea.

Susana Hernández: “El árbol de la ciencia” de Pío Baroja. Me marcó cuando la leí de adolescente y la releí muchas de veces. También “La insoportable levedad del ser” de Milan Kundera. Qué gran de novela.

Andreu Martín: El código de los Wooster de G.P. Wodehouse, porque me gusta reír. 

Pedro Tejada Tello: Una modesta proposición... de J. Swift. Porque adoro el humor negro e indudablemente esta es una de sus cimas. Y como hablas de merendar... este va de antropofagia.

Sabine Hofman: En los últimos años ninguno, la gula que tengo yo me lleva a devorar siempre algo nuevo. 

Rosa Ribas: Hay varias, pero la primera que me viene a la mente es Yo que he servido al rey de Inglaterra de Bohumil Hrabal, una de mis novelas favoritas.

Noemí Sabugal: Es muy raro que repita libro, hay mucho por leer. Pero algunas veces releo pasajes de los que me han gustado.

Alexis Ravelo: Varios. Releo mucho. El motivo casi siempre es el mismo: una mezcla de fruición y masoquismo.

Ana Merino: Releo mucho...pero si me paro a pensar... El Quijote (creo que cuatro veces, por gusto), "Cien años de soledad" (cinco, por gusto y porque lo enseñé en varios cursos),
en poesía releo y releo constantemente...Borges, Edgar Lee Masters, Cernuda, Pizarnik, Rosalía de Castro...Lorca...Fray Luis de León...Teresa de Jesús...
El teatro clásico me apasiona y también lo releo como loca (Lope y Calderón).
Los cómics los releo constantemente....desde el album de toda la vida a la novela gráfica...

Susana Vallejo: El conde de Montecristo, cuando era jovencita. Ahora mantengo una dieta equilibrada.

Gonzalo Garrido: Aunque suene a tópico en estas fechas, Rayuela. Siempre he quedado prendado de sus juegos y de sus palabras. 

Miguel Barrero: Creo que Sin noticias de Gurb, de Eduardo Mendoza. Aparte de que, por su extensión y características, es un libro que suele pedir la relectura, cualquiera que se lo haya echado a los ojos entenderá sin mayor problema mi reincidencia.

Silvio GalizziDrácula. Porque es un clásico (infravalorado) que además de conjugar distintas modalidades de narración, es un referente y una fuente inagotable de inspiración.

Guillermo Saccomanno: Mobi Dick.