DESMONTANDO LA LUJURIA
La lujuria es la causa directa del nacimiento, que es la causa directa del dolor y de la muerte.
(Jack Kerouac)
Vicio SN.
Pecado.
Perdición.
Solo será capital si es capaz de dar origen a otros. Su magnitud no importa...
¿Eres tú, Lujuria?
Ernesto Mallo
Lo que es malo para la sociedad es bueno para la literatura
Si quieren saber el modo en que ha mutado la violencia de la sociedad argentina, escuchen al "Perro" de Ernesto Mallo. El autor bonaerense ha viajado hasta Gijón para presentar en Semana Negra "Los hombres te han hecho mal", la tercera obra de la saga Lascano: Prostitución. Mercado. Redes de tráfico. Y una denuncia clara a la trata de personas.
Mallo declaró en rueda de prensa que los estamentos políticos y de las fuerzas policiales, así como personas influyentes de la sociedad que se desentienden e, incluso y sobre todo, los clientes son los disparadores para que el negocio de la prostitución nazca y crezca. "Nadie quiere dedicarse a eso".
El título escogido no es casualidad: para retratar la responsabilidad de los clientes que demandan y contratan los servicios de prostitución, Ernesto optó por uno de los versos contenidos en "Milonguita", tango compuesto por Enrique Delfino y Linning en los años 20, donde se "canta" la vida de un prostituta.
A decir verdad, parece que nada en la carrera literaria de Mallo lo es, habiendo tenido varias coincidencias en el tiempo entre sus novelas y hechos importantes. ¿Premonición? Prueba: El mismo día que condenaron a Menem se presentó "Me Verás Caer", la ficción que cuenta los diez años del menemismo y que es la última obra publicada de Mallo.
Para terminar, Mallo da información del que considera "hijo bastardo de la Semana Negra": BAN!, que celebrará su segunda edición el próximo mes de agosto en la ciudad de Buenos Aires. Hermanados, acuerdan un premio que se podría considerar de intercambio. Se trata del Premio SN-BN que va así: entre los autores españoles que participen en la Semana Negra, el premiado recibirá una invitación para al festival Buenos Aires Negro (BAN), y un autor argentino, participante en Buenos Aires Negro, será invitado a la siguiente edición de la Semana Negra. Pueden consultar las bases aquí.
Simon Scarrow
Las emociones son las que mueven el mundo
Simon utiliza la novela de género para advertir de los errores cometidos en el pasado, una alerta a sus lectores para que, en la medida de lo posible, no se repita. Es, dice Scarrow, una herramienta que no solo acerca al lector a la realidad, sino que aporta cierto sentido a nuestra presencia en el mundo.
Simon Scarrow comparte con la prensa española el arranque de su carrera, en su niñez. El hecho de querer ver y sentir la reacción de los demás como lo hizo entonces, cuando escribía cuentos por entregas para sus compañeros de internado. Disfrutaba alargando los finales y viendo esa suerte de desesperación en los ojos que lo leían. Realmente y sin demasiado disimulo, Scarrow aboga y defiende por los contadores de historias, algo que ha intentado inculcar a sus hijos que, de hecho, empiezan a hacer sus pinitos en el mundo literario.
Este británico nacido en nigeria aún se sorprende al darse cuenta que su amor a la literatura es superior y de hecho, ganó por goleada, a su pasión por al docencia. Y ahí va, escribiendo sobre Roma y dibujando un puente entre el pasado y nuestro hoy, sin dejar de obviar las coincidencias entre ambos "mundos". Destaca los "grandes paralelismos que hay entre el Imperio romano y Estados Unidos"
"Estoy harto de las historias de magia y zombis" es lo que responde cuando le preguntan por lo reiterativo de sus escenarios.
Y toca volar de Roma a Gijón para disfrutar, a ras de arena, de la nueva tarde de actividades entre carpa y carpa.
Jon Arretxe firma un "612 euros" a Elia Barceló |
Presentación "Astilleros en el arco atlántico: trabajo, historia y patrimonio" |
"La última batalla" de José Javier Abasolo. presenta Ángel de la Calle |
Félix de la Concha entrevista y pinta a Leonardo Padura |
Miguel Barrero presenta "En tierra de lobos" de Luis García Jambrina |
Encuentro con Simon Scarrow |
Luis Artigue y su "Clubla Sorbona". presenta Miguel Barrero |
Encuentro con Ernesto Mallo |
Mauricio-José |
PIT II |
PIT II y Cristina Macía |
¡Desmontemos a l@s lujurios@s!
¿De qué características dotas a tus personajes femeninos/masculinos para que resulten atractivos?
Fernando Marías: De incertidumbre metafísica y abdominal.
Marcelo Luján: Las heroínas de mis libros tienen todo lo que me gusta en una mujer. Lo más curioso: no sé si lo hago de un modo consciente.
Juan Carlos Chirinos: No lo había puesto en palabras nunca, así que aprovecho para decirlo: curiosidad, inteligencia y sensualidad; más bien, ganas de tocar, de saber.
Alfonso Mateo Sagasta: Sentido del humor.
Horacio Convertini: El atributo número uno es la determinación. Que estén decididos a ir a la cama como si se tratara de una operación suicida. Si ellas tienen buenas tetas, mejor. De ellos me preocupo menos en la descripción física. Suena sexista, ¿no?
Ernesto Mallo: La pasión y ejercitarla sin freno.
Rodolfo Santullo: Busco que sean creíbles. No paso de dotarlos de dos o tres características básicas y los desarrollo desde allí, queriendo que sean coherentes con lo presentado. Me parece que sin sólidos en su definición y carácter, serán atractivos al lector. Incluso los más despreciables.
Lorenzo Silva: Una pizca de cerebro suele ayudar.
Juan Miguel Aguilera: En una novela me gusta la tensión sexual más que el sexo explícito. Y también el tipo de situación en la que un personaje seguro de sí mismo se encuentra con otro que lo supera de algún modo, y la relación se convierte en un desafío.
Alberto González Ortiz: Mis personajes no son atractivos, en absoluto. Son gente normal. Físicamente, si quiero que destaquen, siempre me fijo en su sonrisa. Siempre.
Víctor del Árbol: Crear personajes contradictorios me fascina. Creo que eso los hace atractivos. Dicen una cosa, hacen otra, y en medio están sus intenciones. Misteriosos, amantes voraces unas veces, muy sexuales. Melancólicos y sutiles otras.
Carolina Solé: De carácter e inteligencia (que no tiene por qué ser social). Creo que esos dos atributos pueden convertir a alguien en irresistible. También los diálogos, sus respuestas y elecciones los hacen reales, a veces tópicos, pero siempre con personalidad y carácter propios. Y luego está esa tensión sexual no resuelta que sube la temperatura de las escenas entre personajes y no deja al lector indiferente.
Edwin Umaña Peña: Me gusta que los personajes femeninos sean ambiguos, cuanto más ambiguos más poderosos son para mí, con un lado oscuro muy presente y un voraz apetito sexual. Y si además tienen personalidad, deambulan entre la seguridad y la inseguridad, desafían el ego masculino y l as normas sociales de la "gente de bien", pues mucho mejor.
Me gusta que los personajes masculinos expresen su debilidad, sus dudas, que sufran, lloren, se lamenten por su incapacidad de estar a la altura de la mujer al darse cuenta que sexualmente siempre serán inferiores. Si en ese viaje que implica su aventura en una novela o un cuento sale a flote su lado femenino, mucho mejor.
Félix Ángel Moreno: No son personajes lascivamente despampanantes. Intentan cautivar al lector con el misterio que los envuelve, la timidez, la inteligencia, la humildad, la serenidad en sus actos…
Luis Artigue: De identidad propia. Y es que los personajes, como las personas, nunca son mas atractivos que cuando son ellos mismos.
José Javier Abasolo: No les doto de ninguna característica especial, no quiero hacer superhombres o supermujeres sino describir personas con las que el lector pueda identificarse, no sólo personalmente, sino como alguien que podría ser de su barrio o ciudad. Y en nuestro entorno hay gentes con características diversas, y cada uno atrae (o repele) por motivos diferentes.
Sergio Mira Jordán: Intento darles a mis personajes verosimilitud, credibilidad, en lo que hacen y dicen. Y en ello estoy, practicando mucho para conseguirlo.
Emilio Bueso: Pues mira, resulta que en el libro que mando a imprenta en tres semanas el malo es un indio que tiene entre las piernas una máquina de matar, un cacharro que abulta como dos palmos. Si eso no es un rasgo lujurioso...
Laura Estévez: Me gustan los contrastes. La protagonista de "Fuera de juego" muestra una seductora candidez en muchísimos temas, como el amor o sus conocimientos futbolísticos, mientras se enfrenta con entereza y valentía a una peligrosa mafia que amaña partidos. En la novela en la que estoy trabajando, que tiene muchísimos personajes, tienen en general un contrapunto a sí mismos: un serio y adusto soldado alemán que se desvive por su bisnieta, una insolente viuda republicana que se vuelve sumisa si de sus hijos se trata, una rebelde e independiente profesional que no supera sin embargo su amor por un hombre casado...
Eloy M. Cebrián: Hago lo que puedo para construir personas en lugar de personajes. Creo que ahí residiría su principal atractivo. Que al lector le apetezca tirárselos o no ya es cosa de cada uno.
Rafael Marín: Son tristes, solitarios, melancólicos, reflexivos, perdedores. Como todos nosotros.
Carlos Quílez: Intento hacerlos más sugerentes que explícitos. No sé si lo consigo. Mis personajes no son asexuados pero tampoco me empecino en hacerlos, en este sentido, demasiado explícitos.
Ignacio del Valle: La capacidad de adaptación siempre ha sido sexy.
Dolores Redondo Meira: Me gusta que mis personajes tengan una mezcla de fragilidad y fuerza que a mí me resulta muy sexy.
Jon Arretxe: Intento que sean cercanos, creíbles, y que le caigan bien al lector, que este les coja cariño, a veces dándoles un aire de vulnerabilidad
Javier Negrete: Procuro que las mujeres que quiero presentar como atractivas tengan imaginación, que se insinúen, y que disfruten de sus propias sensaciones.
Susana Hernández: Me interesa mucho la sensualidad en mis textos, la tensión sexual. De hecho creo que es una constante. El personaje femenino más sexy que he creado es Malena y el masculino Terim, el masajista turco de Vázquez. Son personajes con una carga sexual fuerte, que atraen.
Andreu Martín: Procuro hacerlos humanos. Procuro dibujar aquellas personas, hombres o mujeres, de las que me gustaría enamorarme.
Pedro Tejada Tello: Los personajes de mis relatos son un tanto peculiares (un esputo, una pieza de ajedrez, una monja, un hispanista violador) y su atractivo también radica en su rareza: Buba es un gigantón senegalés, reputado hispanista en sus ratos libres, que mientras sodomiza a sus víctimas recita a Miguel Hernández.
Sabine Hofman: Inteligencia, vivacidad y algún defectillo.
Rosa Ribas: Alguna imperfección que los haga únicos.
Noemí Sabugal: Casi todos están bastante perdidos, pero dudo de que eso resulte atractivo. En cuanto a las características físicas a veces ni siquiera las considero. Puedo destacar, eso sí, sus gestos o que mira de tal o cual forma, pero el lector puede decidir si los ojos son marrones o azules.
Alexis Ravelo: Experiencia. En el sexo, como en todo, la veteranía es un grado.
Ana Merino: En "Amor: muy frágil" (Reino de Cordelia, 2013) mi obra de teatro, son apasionados y sensuales.
Susana Vallejo: Me gustaría poder decir que inteligencia e independencia, pero en realidad depende de cada libro. Cada personaje resulta atractivo por razones diferentes. Cada historia y, sobre todo, cada personaje, marca las normas. Así que su atractivo es distinto en cada novela.
Gonzalo Garrido: De humanidad. El lector debe poder tocarlos, identificarse, sufrirlos, insultarlos... Lo demás es mentira y se nota.
Miguel Barrero: Ésta es fácil: procuro que todos se parezcan a mí.
Guillermo Saccomanno: Deseo. El atractivo siempre tiene que ser el deseo, ya sea de poder, de sexo, económico. De lo que sea pero deseo.
Infinitas gracias a todos los rehenes que, queriendo o sin querer, (me) pusieron el secuestro fácil.